Deliverance.
Director: John Boorman.
Guión: James Dickey, basado en su propia obra.
Intérpretes: John Voight, Burt Reynolds, Ned Beatty, Ronny Cox, Ed Reamey, Seamon Glass, Randall Deal.
Fotografía: Vilmos Zsigmond.
EEUU. 1972. 110 minutos.
Los añorados setenta
Hay quien mira extrañado cuando digo que ya no se hacen películas como las de los setenta, pero es incontrovertible que la industria americana ya no puede concebir (y mucho menos ensalzar con Oscar) películas tan poco asépticas (en sus diversos ámbitos) como fueron The Godfather, The French connection, Badlands, The Texas Chain Saw Massacre, Taxi Driver… O como la bella y terrible pieza de John Boorman que nos ocupa. Deliverance es una película que sorprende por su rareza argumental, por su pulcra resolución visual, por la espectacularidad de sus imágenes, que casa a la perfección con un discurso sociológico que acaba imponiendo sus reglas en la resolución cinematográfica.
Paraísos perdidos
Con esta película, Boorman cimentó su imagen de cineasta comprometido con su tiempo, porque el filme, despojado de su corsé de trepidante thriller, no deja de ser un retrato del canto de cisne progresivo de la deep América de bosques, ríos y naturaleza viva, a manos de grandes empresas cuya coda de actuación es el interés crematístico, el business. En esta coyuntura que la película retrata con toda tosquedad (dejan sin aliento los personajes marginados que moran en las casas desahuciadas), los cuatro protagonistas (magníficamente encarnados, los cuatro, por Voight, Reynolds, Beatty y Cox) no dejan de representar la (errónea) visión cosmopolita del espacio natural como una reducción del beatus ille, espacio paradisíaco donde practicar la aventura entendida como entretenimiento. En Deliverance, estos personajes se enfrentarán a una aventura que supera aquellos sus parámetros, y cuya (perniciosa) trascendencia hará mella en sus mentes y cuerpos, que nunca regresarán a esa convención prefabricada de la aventura. De hecho, Deliverance franquea en varias ocasiones el límite entre la aventura con toques naturalistas y las enseñas -en aquel momento en construcción- del espacio rural como campo para el horror, el llamado american gothic.
Psicopatologías
Lejos de la poesía visual de Malick, me atrevería a decir que Boorman se atreve a escarbar más allá, en la psicología de los personajes, en la sinrazón en la que se ven enfrentados (ensordecedor ejemplo es la secuencia de la violación de Beatty, pero hay muchos otros, como las últimas imágenes de Ronnie Cox, o el miedo que preside el regreso a la “civilización”). Entrados en este siglo de altas velocidades, parece que el cine americano ya no encuentra su sentido del espectáculo en algo que no sea inmediato, vacuo. Y no hablo de infografía, hablo de asepsia, hablo de miedo de la cámara a acercarse al mundo y mostrarlo con toda su fiereza y podredumbre, cosa que las películas de antaño, las que he mencionado ad exemplum al principio de esta reseña sí que hacían, y que hogaño –salvo honrosas excepciones, v.gr. Mystic River, Zodiac– cuesta más encontrar. Quizá la crisis económica y las secuelas de la Guerra de Irak, la cierta alineación de coyubturas entre los dos periodos históricos también sirva para alinear – o al menos acercar- posturas éticas y estéticas a la hora de rubricar películas. Después ya será el momento de desgranar el talento de los nuevos nombres y ver si pueden compararse con el de los viejos, lo cual, debe decirse, es tan deseable como complicado.
http://www.imdb.com/title/tt0068473/
http://www.pasadizo.com/portada.jhtml?ext=1&cod=372
http://alternativereel.com/includes/articles/display_article.php?id=00024
http://en.wikipedia.org/wiki/Deliverance
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