[REC]3 Génesis
Director: Paco Plaza
Guión: Paco Plaza y Luiso Berdejo
Intérpretes: Leticia Dolera, Javier Botet, Diego Martín, Àlex Monner, Mireia Ros, Carla Nieto, Ismael Martínez, Ana Isabel Velásquez
Música: Mikel Salas
Fotografía: Pablo Rosso
España. 2012. 81 minutos
La novia vestía de rojo
Mientras Jaume Balagueró continúa cocinando la cuarta y complementaria de esta (¡ya veremos cómo!) parte de la saga [REC], llega a los cines esta versión, precuela o remozado responsabilidad de Paco Plaza –que tiene a su compañero y co-director de las dos anteriores como “asesor creativo”, según rezan los créditos-, de la que también ha escrito el guión, en colaboración con Luiso Berdejo, quien ya co-firmara el libreto del primer [REC], aunque no del segundo. La buena noticia, al menos para quien suscribe estas líneas, es que Plaza ha conseguido armonizar las concesiones que de un filme de esta potencialidad comercial resulta dable esperar con unas determinadas e insurrectas ansias creativas, lo uno afianzado con lo otro a través de una celebración campante, desprejuiciada, valiente del relato de género, que escora el vitriolo terrorífico, de forma mucho menos sutil que en los títulos precedentes, al territorio de la sátira social y cultural más desmelenada.
El filme, manteniendo sin problemas la coherencia con el fondo argumental (en realidad pretexto) de las dos obras precedentes, quiebra en cambio con esa coherencia a nivel formal, pues antes de alcanzar la mitad de metraje deja atrás la mal llamada de la cámara subjetiva, el footage objetivo, improvisado y/o amateur; y lo hace recurriendo a una solución argumental que, si se mira de forma malévola, evidencia el cierto hartazgo por parte del cineasta de las servidumbres y contriciones de esa fórmula: la cámara que está filmando es destrozada a patadas, y a partir de entonces la puesta en escena pasa al formato tradicional, sólo conservando de forma muy esporádica el recurso a imágenes de grabaciones de las cámaras de seguridad del recinto cerrado en el que acaece el relato, y percibiéndose en la voluntad narrativa cierta pretensión de desligar el tono entre lo filmado según las reglas de la puesta en escena convencionales y lo recogido por esas cámaras inmóviles y de luminosidad funcional: mientras lo primero, como después comentaremos, juega la baza irónica, resulta curioso comprobar que es merced de lo segundo que se consignan las secuencias más inquietantes (principalmente, esa imagen en la que se ve a los niños y sus acompañantes acceder a un autocar y la hueste de infectados consiguiendo abrir las puertas del vehículo y colarse en su interior).
Lo que propone esencialmente [REC]3 Génesis es una paráfrasis hiperbólica y envenenada de los lugares comunes de un rito social pagano –por mucho que venga a menudo sancionado por la Iglesia- muy extendido en nuestra sociedad y que, a poco de pensar en ello, revela de forma bien gráfica muchas de las miserias de nuestra condición socio-cultural. Estoy hablando de los bodorrios, territorio en realidad siempre abonado a los sarcasmos o comentarios más diversos: pocos meses atrás, Lars Von Trier se explayaba a gusto al respecto, en clave bien distinta, en su Melancolía (Melancholia, 2011), y poco antes, el verano pasado, se estrenó (Bridesmaid, 2011, Paul Feig), aportación de la llamada new american comedy a la temática en cuestión, y que incorporaba no pocas reflexiones amargas en torno a las significaciones sociológicas de este tipo de eventos. En el caso de Plaza, podemos decir que se divierte escenificando nada menos que un apocalipsis sanguinario a costa de los muchos y reconocibles usos y protocolos que acompañan los enlaces matrimoniales, dando comba a una ultraviolencia irracional (y a veces salchichera) que acomoda sus identificables resortes sobre algo que en realidad no le va a la zaga en esperpento. Es, como decía, la celebración de la función social que cumple el cine de género, que no es otro que el de desenmascarar, incluso azotar, una realidad que merece ser objeto de reflexiones nada anecdóticas. Así, ese vestido de novia ensangrentado de Clara, la protagonista encarnada por Leticia Dolera, que enarbola la iconografía de la película en todo el proceso promocional que acompaña a su estreno puede ser visto como un símbolo de liberación, reivindicación desde la frescura de planteamientos; encarna bien la clase de material corrosivo que desprende la obra y contra qué se dirige: la hipocresía y la capitulación poco velada a los valores más estrictamente materiales que se esconde bajo su almibarada fachada.
¿Y cómo se concreta todo lo anterior? Como hemos dicho, a través del intencionado y jocoso jugo que se le extrae a la parafernalia (y auténtico mercado) y los convencionalismos que rodean estos eventos, materiales prestos al derribo con los que Plaza trabaja de forma oportuna y astuta. Oportuna en tanto que todo el petardeo y acartonamiento que da forma al rito social es territorio francamente abonado a la sátira. Astuta toda vez que la narración manierista a partir de puntos de vista subjetivos/improvisados está en esta ocasión más que justificada, pues en efecto tantos las grabaciones de amateurs que quieren “inmortalizar el momento” como de profesionales contratados al efecto abundan en este tipo de acontecimientos (y sobre esto último, Plaza juega la hilarante baza de iniciar la película con fragmentos de uno de esos estereotipados y horribles videos de bodas en los que los contrayentes se besan apasionadamente a la orilla de un atardecer de estudio y dicen profesarse amor eterno). En cualquier caso, la construcción atmosférica de la película termina resultando chocante, pues transita por diversos tonos que se compartimentan de forma casi estanca. Primero, durante media hora de película, se glosan con sorna esos diversos sketches de que se compone la ceremonia nupcial y ulterior recepción/banquete, sin que tengamos apenas noticia de lo que va a ocurrir, contando sólo con la expectativa del espectador cómplice, más un breve apunte de guión (el tío del novio lleva la mano vendada porque ha sido mordido por un perro); acto seguido, al producirse la eclosión de la barbarie (desde el fatídico instante en que aquel infectado muerde en el cuello a una mujer) han lugar los momentos más terroríficos de la función; y sorprendentemente, como hemos dicho, cuando la cámara “no dependiente” asume las reglas de la escenografía, el director de Romasanta desiste tranquilamente de dar cauce expresivo específico al suspense o al horror, y en su lugar propone un espectáculo en el que la truculencia se instala de modo rutinario en el paisaje narrativo y visual –razón por la que, consciente de esa naturaleza pirotécnica de su invento, Plaza sazona diversas imágenes con toques gore-, y la prioridad absoluta pasa por el filtro humorístico que traslada la ironía del principio al territorio de la broma despiadada. Las chanzas a costa del SGAE (y aquel impagable personaje, “John Esponja”), del mito de Sant Jordi y, especialmente, del amor bigger than life que se dispensan los dos contrayentes certifican la clase de inspiración e intenciones que atesora Plaza. Las secuencias finales, protagonizadas por los amantes reunidos, son la demostración definitiva de que [REC]3 Génesis es un artefacto ingenioso pero que termina agotando su potencial básicamente en los hallazgos de guión. Lo pienso sobre todo viendo las imágenes climáticas de la película, las que glosan el final del periplo de la pareja feliz, incapaces a la postre de recorrer la distancia que separa lo anecdótico de cierta poética visual y alegórica, resultados estos últimos que para concurrir hubieran precisado ingredientes quizá más elaborados, acaso solo distintos, de los esgrimidos por la película. De todos modos, queda una obra muy entretenida y, recapitulo, que ejerce el sano ejercicio de la burla despiadada, presta a ser evocada en las bodas venideras por todos aquéllos conscientes de la sustancia mediocre y hasta viperina que se esconde bajo la cursilona pantomima.
http://www.imdb.es/title/tt1649444/
http://www.lavanguardia.com/cine/20120330/54279760680/rec-3-critica-de-cine.html
http://frikarte.com/2012/03/critica-%C2%B7rec-3-genesis/
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