PLANETA PROHIBIDO

Forbidden Planet

Director: Fred McLeod Wilcox.

Guión: Cyril Hume, según una historia de Irving Block y Allen Adler, inspirada en la obra

 The Tempest  de William Shalespeare

Intérpretes: Walter Pidgeon, Anne Francis, Leslie Nielsen, Warren Stevens, Jack Kelly.

Música: Bebe y Louis Barron

Fotografía: George J Folsey

Montaje: Ferris Webster

EEUU. 1956. 93 minutos

 

En una galaxia muy lejana

Siglo XXIII. El Crucero C-57D de los United Planets es enviado al planeta Altair IV, sito en el sistema estelar Altair, a dieciséis años luz de la Tierra, en busca de sobrevivientes del Bellerophon, una expedición enviada dos décadas atrás. El único miembro restante es Edward Morbius (Walter Pidgeon), un filólogo-científico, y la hija que éste tuvo ya en su planeta de destino, Altaira (Anne Francis). Morbius narra al Comandante John J. Adams (Leslie Nielsen) y al Teniente «Doc» Ostrow (Warren Stevens) cómo poco después de la llegada de la expedición alguna fuerza desconocida aniquiló al resto de los miembros de la expedición y vaporizó su nave cuando los últimos supervivientes trataron de escapar. Los oficiales quedan deslumbrados ante el alarde tecnológico patente en la estancia de Morbius, incluyendo su sirviente, un robot llamado Robby. Morbius, no sin ciertas reticencias, narra a Adams y a Ostrow de dónde ha sacado semejantes útiles tecnológicos: proceden de los Krell, una civilización que antaño moró en el planeta y cuya historia y ciencia está desentrañando merced de diversos instrumentos y documentos que aquéllos dejaron. Al tiempo que Adams y Ostrow se muestran cada vez más alucinados por el increíble alarde de sapiencia tecnológica que los Krell lograron atesorar alguna vez, y mientras el primero afianza una relación sentimental con Altaira (quien no había visto nunca a otro hombre que su padre antes de la llegada de la expedición), la sombra del pasado empieza a alargar sus fauces al presente, pues una fuerza misteriosa sabotea parte del equipo de la nave espacial, y después asesina brutalmente al ingeniero jefe Quinn (Richard Anderson)…

 

Cine fantástico, EEUU, 1950s

A grandes trazos, ésta es la trama de Forbidden Planet, superproducción de la Metro-Goldwyn-Mayer de 1956 que se mantiene en la retina de cualquier aficionado al cine de ciencia-ficción como uno de los títulos señeros que el género nos legó en la década de los cincuenta, con influencia más que anecdótica en el devenir de la ciencia-ficción recreativa de las décadas posteriores, más que patente en muchos elementos narativos y/o visuales que conforman el tejido televisivo o cinematográfico de las famosas sagas Star Treck y Star Wars. El cine fantástico en aquella década, eminentemente poblado de obras afiliadas a la serie B, tenía tres principales focos de atención, uno de ellos entroncado en lo que podríamos llamar la paranoia anticomunista (con obras referenciales como Invasion of The Body Snatchers –aunque el poso ideológico de la cinta de Donald Siegel admite diversas lecturas-), otro centrado en las mutaciones producidas por los experimentos atómicos (con Them!, de Gordon Lewis, como punta de lanza), y el tercero centrado en la carrera espacial, hollado por títulos como Destination Moon (Irving Pinchel, 1950), The Day The Earth Stood Still (Robert Wise, 1951), This Island Earth (Joseph M. Newman, 1955), It Conquered the World (Roger Corman, 1956) o War of the Worlds (Byron Haskin, 1957). De todas ellas, quizá sólo en liza con el título de Wise, Forbidden Planet es la película más destacada. Además, es de todo punto incomparable con la mítica película que aquí conocimos como Ultimátum a la tierra, pues si en aquel caso se trataba de una obra low-budget, en Forbidden Planet estamos hablando de una cinta en la que la MGM concentró muchísimos esfuerzos, algo bastante inaudito para la CI-FI en aquel tiempo y lugar, bien al contrario de lo que sucede hoy, donde el elemento fantástico es el que suele justificar las mayores inversiones (en correspondencia con sus mayores expectativas comerciales).

 

Preparen su mente (I)

Cuesta poco definir la película como una obra de todo punto exuberante, que sigue deparando agradables sorpresas en el visionado de las sucesivas generaciones. Exuberante a nivel de contenidos narrativos tanto como técnicos y visuales. En lo concerniente a lo primero, sorprende que, aunque de forma bastante libre en su concreción, el relato esté basado nada menos que en La Tempestad, la famosa obra de Shakespeare, asumiendo el personaje de Morbius y su hija Altaira la naturaleza de Próspero y Miranda. Sorprende el esmero en la elaboración de una historia en la que, amén del atractivo anecdótico –por ejemplo, el hecho de que se trate por primera vez en el cine de que seres humanos quienes descienden de los platillos voladores, y no al revés-, se elucubran interesantes apuntes sobre el progreso y la megalomanía humana, tensando una cuerda entre las virtudes y peligros del conocimiento –llegando a concebir un monstruo creado por el subconsciente, de naturaleza extraída de un concepto freudiano, el “id”-, ello combinado con un espacio para la anotación amorosa (menos convencional merced de los inauditos antecedentes de Altaira) y los aspéctos más entrañables de la space opera –merced de la presencia del icónico robot Robbie-, y todo ello apuntalado con nociones atractivas, muy imaginativas sobre aspectos científicos fruto de una inteligencia superior –la de los Krells, moradores del planeta cuyo conocimiento recoge Morbius-. La verdad es que el caudal narrativo es ambicioso, lo que sin duda supone un riesgo, pero cada parcela está bien compartimentada tanto a nivel de escritura como en la pulida exposición que efectúa el realizador de la cinta Fred McLeod Wilcox, lo que da de resultas un relato vibrante desde muchos polos, donde el entertainment se da la mano con la pasión alegórica que caracteriza los mejores exponentes del género.

 

Preparen su mente (y II)

Y también debemos hablar de exuberancia en la disposición visual y técnica. De Forbidden Planet destaca su sugestiva ambientación retrofuturista (diseño de producción firmado por Cedric Gibbons y Arthur Lonergan; decorados obra de Hugh Hunt y Edwin B. Willis), con aderezos ciertamente kitsch, pero no por ello menos espectaculares. Destacan los ingenios aplicados a los efectos especiales (una concepción embriagada de lo high-tech, que aunque el espectador actual puede tachar de ingenua, conserva aún hoy su efervescencia y su efectividad), y su apasionada imbricación en el relato, ya sea por su manufactura artesana/artística –Robbie, la visualización del monstruo mediante transparencias, el artilugio medidor de inteligencia o lector de pensamientos-, por la inventiva de soluciones de puesta en escena –las huellas del monstruo invisible avanzando hacia la nave y aplastando las escalinatas conforme las sube-, o por la conjunción de ambas cosas –el impresionante dechado arquitectónico de los Krell que Morbius muestra a los oficiales, los vertiginosos picados que propone el realizador para mostrar su magnificencia-. Mención aparte aparte merece la partitura musical de Bebe y Louis Barron, otro puntal visionario de la película, no sólo por utilizar la música electrónica, sino por el modo en que llega a fundir la aportación estrictamente musical con prestaciones de sonido y sus efectos.  Forbidden Planet reclama, en pleno siglo XXI, su valor a todos los niveles: por su condición pionera en muchos aspectos estrictamente industriales, por su clarividente lectura del género, por su refulgencia cinematográfica.

http://www.imdb.com/title/tt0049223/

http://en.wikipedia.org/wiki/Forbidden_Planet

http://www.klangmuseum.de/tkm_favourites/favourites_text/forbidden_planet.html

http://cubokubrick.blogspot.com/2008/01/el-planeta-prohibido-una-adaptacin-de.html

http://moviesblog.mtv.com/2008/12/01/j-michael-straczynski-promises-his-take-on-forbidden-planet-will-be-something-no-one-has-thought-of/

http://www.dvdtown.com/reviews/forbiddenplanet/4103

http://www.robothalloffame.org/04inductees/robby.html

http://www.monstersandcritics.com/dvd/reviews/article_1223150.php

http://www.5yaks.com/forbidde.htm

http://www.filmcritic.com/reviews/1956/forbidden-planet/

http://www.rottentomatoes.com/m/forbidden_planet/

Todas las imágenes pertenecen a sus autores

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